TÉ Y CAFÉ.

En el simple sonido
de un teclado, se notan
las ganas de contar
la vida, de sostener
la distancia del olvido
y separar la angustia
de aquello vivido,
en la dulce voz
de aquella tarde
donde el cielo cerrado
dio la bienvenida
nos pisamos en el diálogo
sincero de consejos
sin despedida,
en cada palabra y el tiempo
llegará la hora de partida,
quizás al bar menos pensado
donde todo será
tal cual fue conversado,
el café el té
y una grana charla donde todo
lo que hoy suponga,
seguramente será derrumbado
entre viejas confesiones
y una bienvenida.